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CICLISMO
CICLISMO
14.3 VÍAS CICLISTAS Y CARRILES BICICLET
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14.3 VÍAS CICLISTAS Y CARRILES BICICLETA
El concepto del uso de la bicicleta ha experimentado en los últimos tiempos una verdadera evolución,
ganando una gran importancia en la vida de la sociedad moderna actual. Aún continuando el auge de
este deporte como espectáculo, son cada vez más las personas que no se conforman con ejercer el papel
de espectadores, convirtiéndose en protagonistas, ya sea intentando emular las hazañas de sus ídolos, ya
sea utilizando la práctica del deporte como válvula de escape al estrés diario. Además, el auge que el uso
de la bicicleta está alcanzando últimamente en el día a día, lo convierte no ya tan sólo en un deporte
mayoritario sino también en un medio de transporte alternativo. Todo ello junto con la propia idiosincrasia
de este deporte hace que sus instalaciones no se circunscriban a espacios delimitados, abarcando una gran
diversidad de opciones.
Por un lado, tenemos las vías ciclistas o pistas bici, espacios exclusivos para los amantes del deporte del
pedal, independizándolas del tráfico peatonal y rodado. Estas vías deben estar diseñadas de forma que
nunca puedan ser invadidas por los vehículos motorizados, ya sea disponiendo separadores físicos de
protección (normalmente mediante una barrera de hormigón), ya sea desvinculándola totalmente de las
carreteras al situarlas campo a través o discurriendo por el interior de parques públicos (opciones que
proporcionan un mayor atractivo deportivo y medioambiental).
Por otro lado tenemos los denominados carriles o arcenes bici (los cuales forman parte de la calzada como
espacio reservado para la circulación de bicicletas) y los denominados sendas o aceras bici (segregados
de la calzada). Sus trazados deben ser planteados y encaminados hacia la necesidad de comunicar sitios,
convirtiéndolo en una modalidad de transporte que contribuya a hacer más fluido el tráfico en la ciudad,
todo ello mediante un diseño que respete la circulación peatonal y el espacio necesario para el resto de
transportes.
Por último estarían las vías mixtas o compartidas con el tráfico.
Para cada tipo de carretera se recomienda un carril bici diferente. Para la red principal y secundaria se
apuesta por las vías ciclistas y por las sendas bici. Para la red local se admiten, además de los tipos anteriores,
el resto de opciones aunque con limitaciones. En travesías urbanas son aceptables cualquiera de las vías
(excepto las mixtas).
En el diseño de las infraestructuras necesarias para este tipo de deporte hay que tener en cuenta sus
especiales características, no olvidando nunca que el ciclista es el vehículo más vulnerable (se trata de un
deporte que exige una mayor sensibilización tanto por parte de conductores como de peatones y ciclistas).
El ancho del espacio habilitado para carril o vía ciclista debe ser de, al menos, metro y medio o dos metros,
en función de un uso mono o bidireccional, respectivamente, si bien se establece como situación óptima
una anchura de tres metros. En el caso de uso bidireccional se deberá señalizar claramente con una línea
discontinua la separación entre ambos sentidos para una mejor y más segura circulación.
Así mismo, se debe regular la distancia entre el ciclista y los posibles obstáculos que encuentre en su
recorrido, de tal forma que éstos deben estar al menos a 0’5 m de distancia del deportista si son discontinuos,
como árboles o farolas, o a 0’75 si son continuos.. Al mismo tiempo se recuerda que, cuando la vía ciclista
discurra junto a una banda de aparcamiento en línea debe reservarse una distancia mínima de 0’8 m,
recomendándose que sea de 1 m para permitir la apertura de las puertas de los vehículos sin peligro para
los ciclistas.
También se desaconseja la construcción de trazados con más de un 5% de pendiente ascendente, de
tramos de más de cuatro kilómetros con rampa superiores al 2% o de tramos de más de dos kilómetros
con rampas superiores al 4%, aunque para distancias cortas pueden mantenerse pendientes del 7%.
En la medida de lo posible se deberá evitar la presencia de cruces con carreteras, y en aquellos casos en
que esto se dé, se deberá colocar una señalización específica que indique la zona de paso y la preferencia.
Estas señales deberán ser, preferentemente, horizontales, evitando la contaminación visual y la barrera
física que pudiera provocar la señalización vertical.
Otro de los elementos necesarios a la hora de acometer la realización de este tipo de infraestructuras es
la ubicación de los aparca-bicis en lugares clave para permitir un mayor dinamismo y uso mixto por parte
de los ciclistas.
Como cualquier pavimento deportivo, debe cumplir una serie de requisitos que posibiliten su uso para la
práctica del deporte. Su idoneidad debe evaluarse desde un punto de vista doble, conjugando las necesidades
que plantea el usuario en cuanto a las prestaciones deportivas que dicho pavimento le ofrece (lo que se